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Practica Español -La candileja

Yo soy la Candileja

Soy una figura ardiente de tres bolas de fuego, con brazos como tentáculos resplandecientes de un rojo candela, que produce un escandaloso ruido a medida que me acerco.

Persigo a borrachos, infieles y a padres de familia irresponsables y blandengues, aunque también asustado a los viajeros que recorren los caminos solitarios durante la madrugada.

Mi historia comenzó hace muchísimos años, cuando era una anciana rica que tenía dos nietos a quienes consentía demasiado. Les toleraba hasta las más extrañas ocurrencias, groserías y desenfrenos; eran dueños y amos de la casa, y no paraban de brincar durante todo el día destrozando todo.

Sin el más mínimo respeto, los pequeños bribones planeaban acciones que ponían en riesgo mi humanidad. La hora de la comida era un desastre y así pasaban los días sin que yo pusiera un remedio a la situación.

Las infantiles ocurrencias llegaron hasta exigirme que hiciera el papel de caballo de carga para ensillarla y luego montarla entre los dos; accedí para la felicidad de mis dos nietos, quienes anduvieron por toda la casa como sobre el más manso caballo.

Cuando murió, San Pedro me recriminó por la falta de rigidez en la educación de mis dos pimpollos y me condenó a purgar mis penas en este mundo entre tres llamaradas de candela que significan: mi cuerpo y el de los dos nietos.

En mi peregrinar acompaño a los jinetes en la noche, sentándome en la grupa del caballo dándoles un terrible susto al jinete y al animal. Y como a casi todos los espantos me fascina amargarle la noche a los borrachos, que caen casi desmayados por el terror.

Con mi amor de abuela también guía a los niños perdidos en la noche, para que encuentren el camino hasta su casa.

Me indigno al ver como personas crueles y despiadadas se benefician de la explotación del trabajo de los niños quitándoles su derecho a estudiar y llevar una vida digna; a esas personas las ataco sin piedad haciéndolas caer por el pánico producido.

Así y por siempre vago, como un mensaje a las madres y abuelas consentidoras que permiten que los niños abusen de ellas.

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